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Más allá del examen: la evaluación del siglo XXI

Es posible que nunca te hayas parado a pensar cuántos años de tu vida has pasado formándote entre escuela, universidad y tantos otros cursos que a los adultos nos da por hacer de vez en cuando. O tal vez sí lo has pensado, según lo largo que se te hiciera el instituto. En cualquier caso, desde el colegio hasta los estudios superiores, una persona puede pasar de media 16 años estudiando, lo que significa una cantidad inabarcable de horas invertidas cada año en deberes, estudios y exámenes.

Con independencia del tiempo invertido, el éxito -o fracaso- de todo este esfuerzo se descubre invariablemente en una hojita, entregada tras cada trimestre, donde los alumnos descubren si han aprendido lo suficiente o no. Debido al cambio constante de leyes educativas, hemos pasado por diferentes formas de valorar este aprendizaje -ya fuera mediante calificaciones numéricas o aquellos progresa adecuadamente y necesita mejorar-, pero es innegable que ni siquiera esta variación constante ha conseguido menoscabar el papel que tiene la evaluación en la enseñanza.

Qué, cómo y cuándo evaluar

Este protagonismo de la evaluación no es nuevo. Tradicionalmente siempre se ha asociado la calidad de la educación o, en otras palabras, lo buen alumno que eras, con la valoración que recibíamos por parte de nuestros profesores. Mi abuelo preguntándome cada trimestre cuántas calabazas iba a traer a casa es buena muestra de ello. Afortunadamente, casi todo en esta vida evoluciona y, en la actualidad, el proceso de evaluación ha alcanzado una nueva dimensión. Somos más conscientes de la repercusión de la evaluación en ámbitos muy diversos y del impacto que tiene sobre los alumnos, ya que puede afectar en gran medida a su motivación y autoestima. 

La evaluación debe indicar qué y cómo han aprendido los alumnos, por lo que, como docentes, debemos poner especial cuidado al plantear qué, cómo, y cuándo evaluaremos. Si queremos evitar restringirla a una cifra que solo haga alusión a las calificaciones obtenidas en exámenes y tareas, si queremos que abarque aptitudes, actitudes e intereses del alumno, nuestra evaluación no solo debe ser continua, sino que además tiene que contar con diferentes herramientas y necesita estar sometida a revisión constante.

Evaluación e innovación: pilares fundamentales para Activa

Como empresa dedicada al sector de la educación desde hace más de 30 años, en Activa hemos sido testigos de cómo la educación se adaptaba a los nuevos tiempos mientras que las herramientas de evaluación se quedaban atrás. El compromiso de Activa consiste en ofrecer una educación de calidad y, por ello, planteamos servicios con un trasfondo pedagógico que tiene en cuenta cada elemento del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por tanto, siempre tenemos presente cómo evaluamos a nuestros alumnos; si queremos cambiar la manera de enseñar y preparar a niños y adolescentes para los retos del futuro, no podemos quedarnos anclados en una evaluación tradicional que tenga que ver únicamente con la acumulación y memorización de contenidos por parte de los alumnos.

Necesitamos ir un paso más allá.

Innovación educativa: B-motion y Learning for Life

Nuestra curiosidad, inquietud, y afán por ofrecer servicios adaptados a la sociedad actual fueron los elementos impulsores de nuestros proyectos de innovación educativa B-motion y Learning for Life. Dirigidos a Educación Infantil y Educación Primaria respectivamente, estos buques insignia de la evolución docente integran la enseñanza del inglés en las experiencias vitales de los niños a través de los sentidos, la experimentación y la curiosidad como ingredientes indispensables. Así, conseguimos que nuestros alumnos naturalicen el idioma y lo integren en su día a día, respetando sus motivaciones y sus tiempos.

Pero, ¿cómo podemos evaluar el desempeño de los niños cuando el enfoque educativo se aleja de lo que conocemos hasta ahora? No tendría sentido usar métodos clásicos de evaluación en proyectos que se alejan del enfoque más tradicional de la enseñanza. Por esta razón, nuestras herramientas de evaluación son diferentes, adaptadas a nuevas metodologías que tienen en cuenta un espectro mucho más amplio en la evolución de un niño. Porque la evaluación es un medio para aprender a hacer y aprender a ser, además de contribuir al desarrollo de los niños a diferentes niveles, fomentando hábitos de superación para el mañana.

Si quieres conocer más acerca de nuestros proyectos de innovación educativa, puedes hacerlo desde aquí, donde descubrirás qué es B-motion; y haciendo clic aquí obtendrás más información acerca de Learning For Life.

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