Pero vamos un paso más allá. La Navidad es también un momento ideal para reforzar la escucha, la convivencia y la imaginación compartida. Por eso incorporamos dinámicas que fomentan el pensamiento divergente, el respeto por las ideas ajenas y la capacidad de transformar lo cotidiano en algo extraordinario. Desde improvisaciones que despiertan la espontaneidad hasta actividades simbólicas que ayudan a gestionar la energía del trimestre, cada experiencia está diseñada para que el grupo conecte… y se divierta de verdad.
Nuestro objetivo no es llenar la agenda de actividades, sino ofrecer vivencias memorables: pequeños momentos que dejan huella, que construyen confianza y que permiten que estudiantes y docentes cierren el año sintiendo que han creado algo juntos. Porque la creatividad también es un regalo: uno que se activa, se cultiva y se comparte.








